Cuando sientes que la mano de la muerte se posa sobre el hombro, la vida se ve iluminada de otra manera y descubres en ti misma cosas maravillosas que apenas sospechabas. ISABEL ALLENDE.







martes, 10 de febrero de 2009

Un viejo recuerdo....un destello de esperanza.


El sábado estuve en el teatro,”los futuros difuntos” no se, creo que me gusto, es de esas en las que aun cuando sales del teatro te quedas pensando en el mensaje que tiene, y aun así, no sabes si has entendido todo el conjunto,

Quiero volver a escribir, desvelarme por las noches como hacia antes, encender una linterna, y coger el cuaderno que parece dormido en el cabecero de mi cama, y escribir, escribir justo el sueño que acabo de tener,


Estaba pensando en el teatro, había un olor raro, no se si era cosa del atrezzo, o simplemente, que no habían limpiado el polvo desde noviembre, cosa que por cierto no dudo, después de un buen rato pensando, porque me resultaba familiar, pensé en algo de mi infancia, y entonces, recordé una tarde en Pobladura de los Oteros, una tarde de esas que probablemente abuelita quisiera ir de visita a casa de sus viejas tías, o tal vez, seria víspera de 23 de octubre, y entonces estaríamos todos en la iglesia honrando la memoria de Fray Pacifico de Pobladura, eso ya no lo recuerdo, pero recuerdo entrar en casa de tia Maya, pasar por el largo pasillo de la entrada hasta la cocina, intentando aguantar la respiración, era intenso, olía a el paso del tiempo, una mezcla rara, como a polvo, sentimientos, antiguas vidas, incienso, infinitas comidas, cerrado, vacio, flores…

Eso me hizo sonreír, me volví hacia mi madre, y con una sonrisa dije, huele a la casa de Tía Maya, y ella, se hecho a reír, un destello de esperanza aparecio en sus ojos, hacia tiempo que no veía eso en sus ojos, me gusto volver a verlo.

1 comentario:

  1. Los recuerdos, a veces, devuelve ese brillo en la mirada que quedó allí atrapado.
    Un beso, cielo.
    Natacha.

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