Cuando sientes que la mano de la muerte se posa sobre el hombro, la vida se ve iluminada de otra manera y descubres en ti misma cosas maravillosas que apenas sospechabas. ISABEL ALLENDE.







lunes, 8 de marzo de 2010

y volver, y sentir que todo sigue igual, aunque nada sea igual.



Y allí estábamos nosotros, de pie, en la chopera, mirando al río, desafiantes, luchando contra la nostalgia, y un eterno silencio.
Volver, una sensación de no haberse ido nunca, fue como si el tiempo nunca hubiera avanzado, pero aun así, la ausencia era tan fuerte, tan intensa, que el río clamaba la princesa que faltaba jugueteando con sus turbias aguas.
Nadie dijo nada, pero todos pensábamos en lo mismo…

Ojala pudiera hacer q los minutos fueran horas, y q las horas fueran eternidades, y parar el tiempo, y volver... y quedarnos allí siempre.

Mi fin de semana comenzó con un enorme abrazo, con una sonrisa sincera, con un mirada de nostalgia, abrace a Clara fuerte, muy fuerte, con miedo a que ella se escapara de entre mis brazos, pero no lo hizo, sus ojos empapados en lagrimas pedían mas fuerza en el abrazo.
Su padre nos observaba en la distancia, sonriendo.

Estuvimos en su casa mientras hacia la maleta, la indecisión de que ropa llevar para dos días, el saco, los calcetines, risas, carreras… La estación, un autobús al Paraíso, aquel lugar donde todos fuimos tan felicites, donde nos hicimos amigos, donde se forjo una gran amistad.

Primero llego Carito, y después Carmelo, tenía tantas ganas de volver a verlos.

Autobús al PARAISO, cena en el bar del pueblo, viaje de cortesía en el coche de “papa Carmelo”.

Paz, tranquilidad, nostalgia, silencios, risas, llamada a Lucia… nuestros ojos se fueron cerrando poco a poco acompañados por la oscuridad de la noche.


No me quiero levantar, no me quiero despertar, quiero permanecer así siempre.

Era como si no hubiera pasado un año desde la ultima vez, como si continuáramos en el preciso momento, en el que nos fuimos, la granja, los animales, las fotos con los conejos, las gallinas, Bee, bee, berberecho… perdón, las ovejas, el río, la cantidad de agua que arrastraba el Jarama por su paso por el paraíso, el barquito de madera, los abrazos en la chopera…



Paz y tranquilidad de nuevo en el salón, y si por mi mente pasaba ella una y otra vez, por la de mis amigos, tampoco estaba ausente, todos pensábamos lo mismo en el mismo momento, pero ninguno lo dijimos.

Una sombra en el pasillo, ¿quien falta? Rocío y Lucia, Dios mío, mas de cuatro años sin verlas, correr, abrazarlas, fuerte, muy fuerte, hasta que me dolieran los brazos, por un instante, no pude mas feliz, tenia todo lo que deseaba, se siente uno tan bien, de nuevo animales, río, barro en el camino, la comida, risas, películas, cuando nos quisimos dar cuenta, la noche ya se nos echaba encima.

Ahora es al contrario, llega la noche, y no me quiero acostar, eso significa que llegara mañana, y con el mañana llegan las despedidas, y pensarlo me rompe el corazón, intento evitar con todas mis fuerzas ese momento, pero el tiempo es mas fuerte que yo, por mucho que intente no dormirme, pasa, y pasa, y vuelve a pasar, hay que levantarse, recoger la felicidad de estos días, meterla en un saquito lleno de recuerdos, y volver a la realidad, de nuevo mas despedidas, mantener el tipo, ser fuerte, no dejar que mis ojos demuestren lo que en realidad están sintiendo, ¡mierda! Casi no lo consigo.

Adiós bicho, adiós Princesas, adiós amigos, adiós paraíso, Adiós, Adiós, Adiós…

Autobús de vuelta a casa, llueve, mi cara se refleja en el cristal, me miro y no lo puedo evitar mas, una lágrima se precipita de mis ojos, para morir en la comisura de mis labios.









Si teorizo que no hubo ni un solo segundo en el que estuvimos allí, en el que uno de nosotros no tuviera en su mente a Jana, seguro que acierto, si afirmo que mientras mirábamos aquel río furioso, lo único que veíamos a nuestra amiga sentada sobre aquel árbol, con las piernas colgando en la primavera pasada, tampoco me estoy equivocando, y si te digo Princesa, que por muy escéptica que yo sea, creo que estabas allí, caminando por la chopera, junto a nosotros, y que te reías cuando nosotros nos reíamos, entonces, ya lo abre dicho todo con estas líneas.

2 comentarios:

  1. Yo creo, con toda mi alma, que ella estará por siempre en cada momento que vivamos, mirando y sonriendo al mundo como solo ella sabía...

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  2. increible, sencillamente increible...que pena no poder conocerte, de uan vez por todas, con todo lo que me ha hablado lucia de ti, un besote muy grande!!!

    irmaa!!(la amiga de lucia =))

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