Cuando sientes que la mano de la muerte se posa sobre el hombro, la vida se ve iluminada de otra manera y descubres en ti misma cosas maravillosas que apenas sospechabas. ISABEL ALLENDE.







miércoles, 15 de julio de 2009

valio la pena


Jugando en los jardines del reino Comansi, los Príncipes tiene una idea:
­-pararemos el tiempo durante cuarenta y ocho horas, en las cuales podréis hacer lo que os apetezca, decidiréis donde ir y con quien, y podréis hacer todo lo que queráis.-todos aplaudieron.
-mañana, comenzaran vuestras cuarenta y ocho horas mágicas, decidir bien que queréis hacer.
Los Príncipes se retiraron al interior del castillo, todo el mundo paseaba por el jardín lleno de dudas que hacer, que decir que querer…

Me retire a mi habitación, con las manos en los bolsillos, sabía perfectamente lo que quería, me metí en la cama, al despertar, la magia de Comansi, habría comenzado, y serian cuarenta y ocho horas maravillosas…
Desperté con los primeros rayos del sol golpeando mi mejilla, había una nota sobre la almohada.

Camino:
Solo tienes que decir en voz alta los nombres de las personas y del lugar,
Y todo aparecerá en el momento que habrás la puerta de la habitación, P
íenselo bien, no habrá marcha atrás, solo los nombre que digas antes de abrir la puerta estarán.
Tus cuarenta y ocho horas comenzaran cuando habrás la puerta. Suerte, y que seas feliz.
Natacha y Emig.

Firme y decidida me dirigí a la puerta, puse la mano en el pomo y… Carolina, Lucia, Clara, Jana, Rocío, Carmelo, Daniel… mi destino: La granja escuela donde nos conocimos- abrí la puerta sin miedo, una luz me cegó por un instante, el sol del verano, brilla con fuerza en el exterior, Ellos estaban nadando en la piscina, unos a otros se hacían aguadillas, Carmelo salía de la piscina y cogía una de las toallas colgadas de la valla de seguridad, se la ataba al cuello, y se tiraba de cabeza como si fuera superman otra vez al agua, Jana, Clara y Rocío intentaban perseguirle para que no lo hiciera, pero como siempre, Carmelo era mas rápido. Daniel se reía a carcajadas. Lentamente me fui acercando, se dieron cuando de que estaba allí, salieron deprisa de la piscina y todo fue un lió de abrazos, besos, y gotas de agua por todas partes. No recuerdo como pero acabe metida en la piscina con todos ellos, con la ropa puesta, poco a poco nos fuimos tranquilizando, sentada en el borde uno a uno nos fuimos poniendo al día de lo que había ocurrido en nuestras vidas, nuevos trabajos, nuevos estudios, nuevos amigos, parejas, la perdida de seres queridos por todos nosotros, la tarde callo entre risas en la piscina y confidencias sentados en una piragua con la que se enseñaba a los niños mas pequeños del campamento a mantener el equilibrio en el agua, la cual sospechosamente, solo volcaba cuando Carmelo estaba cerca. Acabamos echados sobre las toallas al sol en la cancha de baloncesto que estaba al lado de la piscina, mirando al cielo.
Se le echa de menos, la granja no es lo mismo sin su risa­- susurro Lucia.
Lo se, hay veces… espera, al fin y al cabo, no tengo nada que perder, es mi deseo, mis cuarenta y ocho horas ¿no? Dije yo, mientras los demás me miraban sin entender lo que decía, era la primera vez que todos nos juntábamos en aquel lugar tras perder a un buen amigo, un gran compañero, pero aun así, habíamos vuelto allí, y le honrábamos recordándolo. Me incorpore sigilosamente de la toalla y me acerque hacia la puerta por la que había salido, al tocar el pomo de la puerta la voz del príncipe sonó con fuerza. –si la abres, perderás tus cuarenta y ocho horas.
Lo se, solo quería saber si puedo decir un nombre mas, si es posible, que el pueda estar en este sueño- dije muy bajito, casi suplicando. –hazlo, pero perderás veinticuatro horas, ¿estas dispuesta? Mire el reloj, faltaban dos horas para que terminaran las primeras veinticuatro…
Alfonso, quiero que vuelva Alfonso. Pues, dos horas con ellos, con todos ellos, seria mejor que una eternidad sin uno.
Al darme la vuelta, allí estaban todos, echados sobre las toallas, bromeando como la última vez que les vi hace ya casi cuatro años, corrí hacia ellos, y cogiendo impulso, salte sobre todos, haciéndome hueco con los codos para ponerme en el centro de todos, chistes, risas, saltos y volteretas, juegos malabares, el tiempo pasaba demasiado deprisa, de repente escuche un suave clic, nadie mas lo escucho. Me levante con disimulo, no quería romper aquella magia.
-Donde vas- Dijo Carolina y todos me miraron.
-No os preocupéis, ahora vuelvo, os quiero mucho sabéis,
Os quiero tanto que os abrazaría siempre.
Ellos siguieron con sus risas mientras yo avanzaba hasta la puerta, una lágrima resbalo por mi mejilla, cruce hacia la realidad. La puerta se cerró.
La princesa estaba allí, de pie, con una expresión triste.
­siento que solo pudieras estar con ellos tan poco tiempo. Dijo ella acercándose para darme un fuerte abrazo.
-yo lo que siento es que la magia del Reino Comansi no pueda hacerse realidad en el mundo que hay tras esas paredes. Prefiero eso, que volver a ver una lagrima en sus ojos.
La princesa paso su brazo por mis hombros, y salimos a pasear por los jardines de palacio.

VALIO LA PENA.


PD: Cuando descubrí que el Reino Comansi me brindaba la oportunidad de pasar cuarenta y ocho horas de “esperanza”, no lo dude, decidí que seria mi mejor homenaje a alguien de quien no me pude despedir, alguien que formo parte de mi gran circulo, ese circulo que pase lo que pase será siempre perfecto, porque gente como el lo ayudo a crecer. Gracias por brindarme la oportunidad de volver a pasar una tarde de piscina con todos ellos, de oír sus risas en mi cabeza.

1 comentario:

  1. Precioso reencuentro con el pasado. Seguro que Valió la pena. En comansi todo es posible.
    BEsix

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